La alimentación de la mujer embarazada
La salud de la mujer antes de la concepción influye de forma decisiva en la evolución del futuro embarazo. Concretamente, el estado nutricional y los hábitos alimentarios de la futura madre son factores directamente relacionados con la salud de la gestante y su hijo. Se trata, por lo tanto, de un período muy adecuado para revisar los hábitos y estilos de vida.
Es aconsejable que la mujer tenga un peso adecuado antes del embarazo, que suprima el consumo de tabaco y bebidas alcohólicas y que lleve a cabo una alimentación variada y equilibrada.
La nueva situación en la que se encuentra la mujer durante el embarazo, la creación de una nueva vida, produce un aumento en las necesidades de nutrientes y de energía. Lejos de la creencia de comer por dos, la mujer en el embarazo necesita aumentar sólo unas pocas calorías respecto a la alimentación total y sobre todo a partir del segundo trimestre. Los alimentos que no deben faltar en la alimentación diaria de la mujer embarazada son los que aportan hidratos de carbono complejos, la pasta, el arroz, las legumbres, el pan o la patata. Éstos deben estar presentes en todas las comidas para evitar así una bajada de azúcar en sangre y que pueda afectar al bebé. Los alimentos de origen animal aportarán las proteínas necesarias y serán de alto valor biológico. Elegir siempre las partes más magras frente a otras más grasas (ricas en grasas saturadas), ayudará a mantener una buena salud cardiovascular. Otro grupo de alimentos importante a tener en cuenta durante el embarazo son los lácteos. Las necesidades de calcio en esta situación son mayores y con un consumo adecuado de estos productos se garantizará un correcto aporte: aproximadamente se recomiendan 3 raciones de lácteos al día. Para el aporte de otros nutrientes como el yodo o el ácido fólico, se recomienda tomar suplementos ya que a través de la alimentación resulta difícil llegar a las cantidades recomendadas. El hierro podrá aportarse a través de la alimentación y sólo en caso necesario, se suplementará bajo prescripción médica.
Clásicas molestias digestivas durante el embarazo «antojos»
Con cierta frecuencia, la mujer embarazada experimenta cambios en sus preferencias alimentarias que se relacionan con variaciones de la sensibilidad gustativa. La embarazada puede encontrar desagradable el sabor o el olor de ciertos alimentos que le gustaban antes de la gestación. Por el contrario, puede experimentar una marcada apetencia por productos que no eran de su consumo habitual. Este fenómeno, que en ocasiones se manifiesta ya antes del diagnóstico del embarazo, no se debe en absoluto a alteraciones psicológicas producidas por el transtorno hormonal que el embarazo representa. Estas aversiones o apetencias no tienen importancia si no alteran ni interfieren en la realización de una alimentación variada y equilibrada. Es un mito creer que un antojo no satisfecho de la embarazada puede dejar algún tipo de marca en el bebé.
Vómitos y náuseas
Es probable que a lo largo del embarazo, especialmente durante el primer trimestre, la embarazada sienta, en ocasiones, náuseas o vómitos, sensaciones debidas a los cambios metabólicos que experimenta. Para mejorar este malestar, será conveniente que la mujer embarazada:
- realizar comidas ligeras, frecuentes y poco copiosas, respetando los horarios y el número de tomas
- tener a mano, en la mesilla de noche o donde le sea más cómodo, unas galletas, tostadas o cereales, para comer alguna cosa antes de levantarse de la cama
- evitar bebe agua o zumos ácidos en ayunas
- durante el día, en el caso de que los alimentos sólidos no sean bien tolerados, procurar una ingesta importante de zumos
- evitar el café y el té
- No beber mucho entre comidas
- intentar evitar los olores de guisos o preparaciones culinarias que le produzcan malestar
- disminuir el consumo de alimentos y preparaciones ricos en grasas y especias
- Evitar aquellos alimentos que se toleren mal
Acidez o pirosis
- en esta caso también es recomendable que se fraccione la alimentación a lo largo del día, así como se que se eviten grandes ingestas en una sola toma
- procurar no tomar comidas muy grasas y, sobre todo, coma despacio
- no es conveniente que se acueste o haga la siesta justo después de las comidas, sino que tiene que dejar pasar entre una y dos horas después de la ingestión de alimentos
- es recomendable utilizar ropa que no apriete y sea cómoda
Estreñimiento
- ingerir una buena cantidad de líquidos a lo largo del día, las bebidas tibias o calientes en ayunas favorecen el movimiento intestinal
- comer alimentos ricos en fibra, siempre que sean bien tolerados, como legumbres, verduras, frutas y hortalizas
- no es conveniente restringir severamente el consumo de aceite, ya que éste tiene también función lubricante
- no tomar laxantes, salvo indicación médica
Esperemos que os ayuden tanto éste como el resto de nuestros consejos del blog. Os animamos a que complementéis estos sencillos consejos con un/a nutricionista que os guíe/ayude a mejorar vuestra salud y conseguir alimentación sana y saludable.
Súper interesante, mi mujer y yo hemos tenido una niña hace poco y este tipo de información es muy util. Gracias!
Me alegro te haya gustado y te sea de interés y utilidad¡¡ enhorabuena por la niña¡¡ un saludo¡¡gracias¡¡